lunes, 21 de noviembre de 2016

Iconografía Bizantina

Iconografía bizantina

En Historia del Arte  estamos estudiando el arte bizantino y os pongo un estudio iconográfico de los iconos, profundizando un poco más en el significado de estos
Icono viene de la palabra griega eikon que significa “Imagen”.  En el arte bizantino, el icono es mucho más que una pintura, es una creación hecha con un significado profundo. 
Los iconos normalmente son pintados por monjes y se cree que estos han sido divinamente inspirados.
Todos los iconos en el arte bizantino siguen una iconografía.
¿Qué es la iconografía?
La Iconografía es la descripción del tema o asunto representado en las imágenes artísticas, así como  su simbología y los atributos que identifican a los personajes representados.
Vamos a analizar los temas más comunes en los iconos bizantinos:
Existe un número limitado de temas y los primeros iconos muestran sólo a Cristo, la Virgen María y a los principales apóstoles. Con el tiempo, existió más variedad y se empezó a incluir las doce grandes fiestas del calendario cristiano.
·         Las cuatro celebraciones de la Madre de Dios: La Natividad de la  Virgen María, La presentación de la Virgen María en el templo, la Anunciación y el Ascenso de la Madre de Dios.
·         Las seis celebraciones de Cristo: La Natividad, la presentación de Jesús en el Templo, El Bautismo de Jesús, La manifestación de Dios, La entrada en Jerusalén y la Ascensión.
·         Las dos últimas: Pentecostés y la exaltación de la Cruz.
Las vidas de los Santos también aparecieron en los iconos y muy ocasionalmente las escenas del Viejo y Nuevo testamento.
Nos vamos a detener un poco más en la representación de la Virgen María
 La Virgen fue la figura más representada por los iconógrafos desde el siglo V al XVII. Sobre todo a raíz del Concilio de Éfeso, del 431. Suele aparecer hierática y majestuosa, con la cabeza cubierta de un velo o manto, llamado maphorion. Generalmente la Virgen aparece con el Niño, con rasgos de adulto.
Theotokos (en griego: Θεοτόκος; en latín: Deipara o Dei genetrix) es una palabra griega que significa Madre de Dios (literalmente, 'la que dio a luz a Dios'). Su equivalente en español, vía latín, es Deípara. Es el título que la Iglesia cristiana temprana le dio a María en el Concilio de Éfeso de 431 en referencia a su maternidad divina.
Theotókos es también un tipo iconográfico de la Virgen en el arte bizantino, en el que aparece sentada en un trono con el Niño Jesús en su regazo, mirando ambos al frente. En este modelo iconográfico se basa otro característico del arte románico: la Maiestas Mariae (majestad de María o suprema alteza –en los cielos).
La Theotokos presenta asimismo en el manto el adorno de tres estrellas, una en cada hombro y otra en el centro de su frente, para enfatizar su virginidad perpetua (y probablemente emblema de la Santísima Trinidad), indicando que María se mantuvo antes, durante y después del parto virgen.
Eleusa, en griego, Ἐλεούσα, "ternura" es un tipo de icono donde se muestra la estrecha relación que existe entre Jesús y la virgen María y el fuerte vínculo que los une como madre e hijo. La función de esta composición es mostrar a los fieles que María se presenta también como Madre de todos los cristianos.

Los colores:
estos tienen  un significado profundamente teológico.

El Dorado
Símbolo de la dorada luz del sol que provenía de la Divinidad, pues en la naturaleza no es posible encontrar este color. En los iconos todos los fondos están cubiertos de este color, el que se logra aplicando hojas de pan de oro
En la iconografía bizantina representa la luz de Dios, por lo tanto cualquier figura representada en ellos está llena de la luz Divina.
EL Blanco
El blanco no es propiamente un color, sino la suma de todos ellos. Es la luz misma. Es el color de la "Vida Nueva". En el icono de la Resurrección, la túnica de Cristo es blanca.
El Negro
Contrapuesto al blanco, pues es la ausencia total de luz, la carencia total de color. El negro representa la nada, el caos, la muerte, pues sin luz la vida deja de existir.
El rojo
Este color ha sido ampliamente utilizado por los iconógrafos en los mantos y túnicas de Cristo y los mártires. Simboliza la sangre del sacrificio, así como también al amor, pues el amor es la causa principal del sacrificio. Al contrario del blanco que simboliza lo intangible, el rojo es un color netamente humano; representando por lo tanto, la plenitud de la vida terrenal.
El Púrpura
Este colorante, extraído de un crustáceo del mar Rojo, era utilizado para teñir las finas sedas. A partir del "Código Justinianeo" su uso quedó reservado exclusivamente para el emperador, sus familiares más cercanos, los "augustos" y para algunos otros  reyes.
Por lo tanto en los iconos este color se hace representativo del poder imperial. Es utilizado únicamente en los mantos y túnicas del Pantocrátor, y de la Virgen o Teothokos. Representando que Cristo y por extensión  su Madre, detentan el poder divino. Como Cristo es también el Sumo Sacerdote de la Iglesia, simboliza el Sacerdocio.
El Azul
Todas las antiguas culturas hicieron del azul un color relacionado con la divinidad
En Bizancio fue establecido como el color propio de Dios y de las personas a las cuales les transmite su santidad.
Michel Quenot, en su obra "El Icono" dice:  El azul ofrece una transparencia que se verifica en el vacío del agua, del aire o del cristal. La mirada penetra ahí hasta el infinito y llega a Dios.
El Verde
Es el color resultante de la combinación del azul y el amarillo. El verde es el color de la naturaleza, el color de la vida sobre la tierra, del renacimiento a la llegada de la primavera.
La iconografía le otorga un significado de renovación espiritual. En los iconos vemos multitud de ejemplos en donde es utilizado: las túnicas y mantos de los profetas, la túnica de San Juan Bautista o El Precursor, etc. pues fueron ellos quienes anunciaron la venida de Cristo.
El Marrón
Este color es también producto de la mezcla de varios otros, como el rojo, el azul, el blanco y el negro. Es el color de la tierra.
 Y por lo tanto la iconografía pinta de color marrón los rostros de las imágenes que aparecen en los iconos, para recordar aquello de polvo eres y en polvo te convertirás.
Significa también "humildad", pues esta palabra proviene del vocablo latino "humus" que significa  "tierra". Es por ese motivo que los hábitos de los monjes son de ese color.
Oro, blanco, negro, rojo, púrpura, azul, verde y marrón son los únicos colores que pueden ser utilizados en la pintura de los iconos, el uso de otras combinaciones de colores queda fuera de toda regla iconográfica pues no contienes ninguna simbología. 

viernes, 11 de noviembre de 2016

EL RETRATO Y EL RELIEVE HISTÓRICO EN LA ROMA IMPERIAL





El tema de la escultura romana que  estamos viendo en clase queda completado en el blog con el comentario de esta obra.

AUGUSTO DA PRIMA PORTA

ENCUADRE:
Obra: Augusto arengando a las tropas o Augusto de Prima Porta. Museos Vaticanos. Roma.
Género: Escultura de bulto redondo (retrato romano).
Estilo: Arte romano.
Cronología: Imperio romano. Posterior al 14 d.C. (Siglo I d.C.), de un original del 20 a.C.
Otras obras: de la misma temática, por ser el mismo personaje, puede incluirse el Augusto como pontífice máximo o Augusto de Vía Labicana, del 12 a.C.
ANÁLISIS:
Personificado como thoracatus —o jefe supremo del ejército romano estamos ante un retrato, de cuerpo entero, del emperador Octavio Augusto.



La estatua es una imagen idealizada de Augusto que se basa en el Doríforo de Policleto del siglo V a. C.
Es una figura de bulto redondo, tallada en mármol,que aún conserva restos de dorado, púrpura, azul, y otros colores con los que fue policromada.
La postura es de CONTRAPOSTO  creando diagonales entre los miembros tensos y los relajados, es un rasgo típico de la escultura clásica.

Augusto aparece en pie, vestido de militar, sosteniendo un bastón de mando consular y levantando la mano derecha, mostrando la corona de laurel del triunfo a sus tropas.



La coraza tiene una serie de relieves que hacen alusión a diversos dioses romanos, entre ellos, Marte, el dios de la guerra, también personificaciones de los últimos territorios conquistados por él: Hispania, Galia, Germania, Partia (persas de la frontera del Eufrates que habían humillado a Craso, y aquí aparecen devolviendo los emblemas robados a aquellas legiones); sobre ellos, el carro del Sol, ilumina los pasos de Augusto.

COMENTARIO:

La escultura representa al emperador Augusto (63 a.C.-14d.C.). Tras el asesinato de Cesar, que le había declarado su heredero, formó parte del Segundo Triunvirato junto con Antonio y Lépido, de quienes se deshizo posteriormente. Hecho con el poder absoluto, recibió los títulos de Imperator y Augusto en el Senado en el 27 a.C., a pesar de intentar mantener la ficción republicana. Dirigió sus luchas contra astures, cántabros y germanos. Conquistó la cuenca del Danubio y proporcionó al Imperio una época de paz, estabilidad y esplendor cultural (Pax Augusta) que duró dos siglos (Alto Imperio), si bien en medio de una notable falta de libertad.

La obra probablemente es réplica o copia de otra escultura del emperador, realizada en bronce, tras las conquistas y pacificación en Hispania y la Galia. A pesar de la influencia republicana del retrato (los rasgos veraces de Augusto), el estilo de este retrato está más cerca del idealismo helenizante. Su rostro tranquilo y sereno, su pose decidida y enérgica, la musculatura perfecta, las proporciones anatómicas y la postura clásica del controposto señalan el deseo de idealizar la figura, de hacer un prototipo o modelo del gobernante perfecto. Todo ello convierte al retrato imperial romano en un auténtico instrumento de propaganda gubernamental, cuya función política es evidente: mostrar al pueblo romano que el emperador era un ser excepcional, equiparable a los antiguos héroes mitológicos, e incluso digno de ascender a la divinidad del Olimpo, pues reúne todas las virtudes, físicas y morales, que debía tener un ser excepcional, digno de gobernar aquel inmenso Imperio. Se trata de la aristocrática naturalidad de quien se sabe portador y responsable de una gloriosa herencia.

Por otro lado, el copista nos presenta a Augusto divinizado, que se aprecia al ponerlo descalzo, lo cual correspondía en el mundo clásico a los dioses y mortales deificados. Augusto fue divinizado a su muerte y su mujer Livia fue convertida en su sacerdotisa. Los pies descalzos pueden simbolizar que el emperador ya estaba en el Olimpo. A sus pies, a modo de soporte, Cupido sobre un delfín en alegórica referencia a la descendencia de la Gens Julia de Venus a través de Eneas, que a su vez desciende de Rómulo y Remo, hijos de Marte. La tradición dio al hijo de Eneas, Ascanio, el nombre de Iulio, con lo que la gens Julia quedaba emparentada con los dioses, con los fundadores de Roma y con los héroes troyanos. Como era habitual en épocas pasadas, de esta forma se entroncaban religión, linaje y política, revistiéndose al poder personal de una aureola sagrada que justificase su ejercicio.

Con este retrato se inaugura y SE FIJA  la modalidad de retratos imperiales de a pie, que proliferarán por todo el Imperio. Culmina así la larga e intensa tradición del retrato en Roma, que tuvo dos líneas básicas: el realismo etrusco y el idealismo helenizante. En la línea de esa corriente realista y popular, hunde sus raíces en los retratos funerarios etruscos. El fondo pragmático y realista del latino le exige retratos fidedignos y casi nunca idealizados. El artista esculpe en las cabezas una fidelidad al modelo que traduce no sólo el parecido físico sino el psicológico. Sin embargo, en el Imperio, al retratar a los grandes emperadores, se prefiere la suavización de sus rasgos, las formas bellas y perfectas y la contención moral. El siguiente paso será la representación de los emperadores semidesnudos, coronados de laurel y portando atributos divinos como el águila de Zeus. El proceso de divinización se acelera y Claudio es ya reconocido como dios en vida. Sin embargo, no se caerá en la idealización de los rostros, que seguirán respondiendo a la realidad fisonómica del retratado.

Dentro del retrato imperial podemos señalar varios tipos iconográficos:

El estilo de este retrato está más cerca del idealismo de la época helenística, que del realismo latino. Tiene la técnica de paños mojados, una técnica que transparenta la musculatura de Augusto.

Augusto ha sido retratado descalzo, como los antiguos héroes olímpicos, y un Cupido (que cabalga sobre un delfín) le abraza la pierna, simbolizando su inmortalidad como heredero de la diosa Venus a través de Eneas.


El retrato oficial, los emperadores romanos lo convirtieron en instrumento de propaganda gubernamental, cuya función política era muy evidente: se trataba de mostrar al pueblo romano que el emperador —Augusto, en este caso— era un ser excepcional, equiparable a los antiguos héroes mitológicos, e incluso digno de ascender a la divinidad del Olimpo.

El Emperador retratado
Augusto, fue el primer emperador de Roma (del 27 a. C., al 14 d. C.) y, además, puso fin a las guerras de conquista, comenzando un periodo de paz que, salvo guerras esporádicas, duró dos siglos (pax romana).

En la escultura, también hubo importantes cambios: si en época republicana dominaba el realismo extremo. Durante el Imperio la influencia griega se deja ver en los retratos de los emperadores, que eran idealizaciones que resumían todas las virtudes que debía tener alguien excepcional, digno de gobernar aquel imperio.

Los tipos iconográficos de Retrato Imperial serían los siguientes:

*Ésta de Augusto Prima Porta es una imagen toracata, en calidad de jefe militar supremo



* También podía ser representado como Pontifex Maximus: con un velo en la cabeza oficiando como jefe religioso o sumo sacerdote (como el retrato de Augusto del Museo de las Termas, Roma)



* Togatus: representando al emperador con toga senatorial, como jefe civil absoluto, (ej.: retrato de Augusto como Pretor, en el Museo del Louvre).





* Otros modelos eran el retrato ecuestre, del que sólo conservamos un ejemplo, el de Marco Aurelio...,



* Y el retrato Apoteósico, que representa al emperador semidesnudo, personificando a algún dios romano (el primero de la izquierda)




La estatua del emperado Augusto que se comenta fue descubierta en 1863, cuando se excavaba una villa palaciega, de los alrededores de Roma, llamada Prima Porta. Al parecer, ése fue el lugar al que se retiró Livia,tercera esposa de Augusto, al morir su esposo, el emperador, en el año 14 d.C.
La citada escultura parece ser un duplicado encargado por la propia Livia en el año 20 d.C., de un retrato de Augusto, originalmente de bronce dorado (con incrustaciones de oro y otros materiales de lujo), del año 19 a.C., que se exponía en algún lugar público de Roma, probablemente el Foro. Actualmente, esta réplica, que es el mejor retrato conocido de este emperador, se exhibe en los Museos del Vaticano, en Roma.


Livia encarna en la historia de Roma la figura de la mujer inteligente que se convirtió en eficaz colaboradora de Augusto a lo largo de sus más de cuatro décadas al frente del estado romano. Esposa primero de Tiberio Claudio Nerón, con quien tuvo a sus dos hijos Tiberio y Claudio Druso (padre del futuro emperador Claudio), se divorció de éste para casarse - embarazada del pequeño- en el año 39 a.C. con Augusto, el futuro Cesar Augusto, por entonces una estrella emergente en el gobierno de la república.
En este retrato aparece Livia como la diosa Ceres