jueves, 22 de abril de 2010

Mirar hacia el infinito





Caspar David Friedrich nació en 1774en Greifswald, desde donde se puede ver la isla de Rügen en el Báltico. Es muy probable que fuera este lugar uno de los preferidos de Friedrich para dar largos paseos.
También es probable que cuando se casó en 1818 viajara desde Dresde con su esposa para que esta pudiera ver su lugar preferido de los blancos acantilados de rocas cretáceas.



La composición, que se reducía a lo esencial mostraba la naturaleza en estado primitivo, antes de ser habitada, y esto llenaba la composición de misterio. Las figuras parecían querer fundirse con ese mundo que contemplaban.
Fue un pintor muy representativo de este momento que protagonizaba el Romanticismo. El paisaje se ha llenado de misterio y grandeza, y a pesar de su desnudez, es capaz de transmitir emociones humanas que en otros momentos de la historia del arte se expresaban a través de cuadros con escenas religiosas o históricas.
Friedrich hacía composiciones muy sencillas donde la repetición de elementos monótonos del paisaje reflejaba intensamente la soledad de las pequeñas figuras, que nos hacen pensar en su fragilidad frente a la inmensidad del espacio.
Es interesante pensar que este paisaje se encuentra en un estado intermedio entre el realismo y la abstracción.
Realismo porque nos presenta la naturaleza que la hace imponerse como una realidad objetiva… donde interviene la simetría como un elemento característico que aparece en muchos de sus paisajes. Es una simetría que actúa como reguladora de la composición.


… y abstracción en tanto que utiliza la naturaleza como medio para la manifestación de una vivencia de carácter espiritual y además con esa tendencia a la simetría proporciona a estos paisajes una gran parte de su carácter de abstracción, ya que en la naturaleza no vemos muchos paisajes simétricos.